"Es un verdadero misterio la mente humana, ¿no les parece?, analiza los hechos de una manera determinada para que se ubiquen dentro de lo que nosotros estamos deseando. Cada gesto, cada palabra, cada momento lo vemos como nosotros realmente queremos que sea. El tiempo es el único aliado que tenemos para esta confusión. El amigo tiempo que nos muestra como son las cosas de la manera más cruda y directa, sin mezclar malicia, solo ganas de que despertemos de ese letargo mental.
Cuando pensaba que nada podía hacerme reaccionar, el tiempo y el tomar un poco de distancia hicieron que viera a ese hombre de la manera que realmente era. Y no me gustó lo que vi. Lo odié. Lo odié por haberme engañado, por haberme hecho creer que era mi alma gemela, por haberme hecho creer que él, y solo él podían hacerme feliz. Cuando en realidad Él ni siquiera sabia que yo estaba sobre la tierra al mismo instante que él.
Todo lo que sentí hacia él por esa época era producto de lo que yo pensaba que él sentía hacia mi, solo un reflejo de todo ese amor que yo consideraba que él guardaba por miedo a algo que ni ahora ni en ese momento logré comprender. Pero mi cabeza estaba adormecida, pensaba que los mejores momentos estaban por llegar, que él tarde o temprano se iba a dar cuenta que yo era su media naranja y que sólo conmigo él podría lograr ser feliz. Que ya se iba a dar cuenta que al lado de ella solo perdía tiempo y vida, vida que sólo podría tener junto a mi."
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